A fines de febrero pasado terminé de redactar el último borrador de mi libro El Juego del Camaleón, los secretos de Angostura. Unos cuatros o cinco meses antes estaba barajando varios nombres para la obra: primero había pensado los secretos que destapó Angostura, luego la noche del Camaleón, la estrategia del camaleón... hasta que finalmente me decidí por el juego, porque en general buena parte de los personajes que cruzan por mi historia son camaleones todo el tiempo: los agentes e informantes infiltrados en las FARC; algunos colaboradores de las FARC que nunca han admitido su apoyo a la guerrilla; los investigadores que viven una doble vida y se hacen pasar como militantes extremistas de grupos radicales que apoyan a las FARC; los guerrilleros que pasan como civiles al país...
Desde el jueves pasado estuve en Bogotá, Colombia, para dar una conferencia sobre el periodismo de investigación en el campo judicial y cómo una investigación se convierte en un libro. La charla fue escuchada por 400 estudiantes, periodistas y profesores colombianos, algunos de los cuales luego me aboradoron para comentar el método deductivo y sistémico que yo expuse como base de mi trabajo periodístico. La verdad tuve una excelente acogida, los asistentes estaban gratamente sorprendidos de la relación entre la teoría y la práctica en las investigaciones que hemos realizado en la sección Judicial de El Comercio. En eso precisamente estoy empeñado desde hace varios meses: en pulir un método que conjugue varias teorías epistemológicas y el trabajo empírico de reportería. Creo que eso es fundamental para compartir con los estudiantes universitarios y los profesores de Periodismo.
El lunes tarde, antes de embarcarme en el avión que me traería de vuelta a Quito, encontré en un librería un texto titulado "Raúl Reyes, el canciller de la Montaña", del periodista José Gregorio Pérez. En general el libro se basa en los supuestos correos encontrados en el computador de Reyes, luego del bombardeo de Angostura, el 1 de marzo. Es decir que recoge la información que los servicios secretos colombianos les interesa divulgar, lo cual le resta credibilidad a esa obra. Cabe mencionar que en mi libro yo no usé esos correos como una fuente directa de información, por todos los cuestionamientos que recibieron.
No obstante, en el texto encontré un dato que me llamó muchísimo la atención (que no está en los correos): Entre los guerrilleros encargados de la Oficina Internacional de las FARC Raúl Reyes era conocido como el camaleón. Nunca antes yo conocí esa información, sino hasta el lunes ¿Una mera coincidencia?
mi querido escritor, quiero realmente felicitarle de todo corazon por tan magnifica obra, sin duda alguna ud aclara muchas verdades que de cierta forma son ocultadas por temor, o realmente por no ser identificados, jamas deje de escribir las verdades asi traten de amedrentarle, que estoy completamente segura que miles de personas asi como yo estaremos apoyandole
ResponderEliminarATT. Cristy
Muy buen trabajo el tuyo sobre el caso Angostura, felicidades, sigue adelante y "unidad en la diversidd" abajo las retóricas nacionalistas, no vale pelear con nuestro hermano pais de colombia.
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